Me encuentro sumergido en un sueño subrealista y pintoresco, de estos que son dignos de recordar pero nunca logramos ver mas de dos imágenes sobre el mismo al despertar, cuando de repente, suena un pitido muy a lo lejos, como una ofensa, una osadía difícil de perdonar, y, sin darme apenas cuenta, me elevo hasta la realidad abriendo los ojos a la luz del sol de las 8:35 de la mañana.
Atrás quedaron los días en los que al ver esta luz, sonreía para mi mismo, dando media vuelta, y volvía a dormir placidamente, aguardando otra hora mas, quizá tres, de sueño.
Hoy termino todo aquello, y como cualquier ser humano, me veo abocado a la mas cruel de las monotonías.
Madrugar, prepararse, salir de casa, trabajar... sin lugar para la ensoñaciones de larga duración, exceptuando las pausas para el café.
Y me miento, como todos, al pensar que no esta tan mal. Salir de casa a diario, ver la luz del sol, respirar el aire, ver a gente...
Me miento y me engaño como cualquier ser humano al que se le acabo la buena vida.
Me resisto a levantarme de la cama, y en un ultimo intento de permitirme un pequeño placer, me estiro y me desperezo, dejando al descubierto parte de mi torso que, ligeramente tostado por el sol de días atrás, me recuerda que, por el momento, ya no hay mas días de playa.
Y así, rindiéndome a lo inevitable, me levanto y me dirijo a la ducha, mientras pienso que no es tan catastrófico mi futuro inmediato, que exagero y dramatizo en exceso. Que la rutina es lo correcto...
Y me miento... Me miento tanto que me creo.
lunes, 27 de julio de 2009
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¿No dicen que el trabajo dignifica? Ahora a chulear de moreno
ResponderEliminarAsí me gusta, que no dejes de escribir ^^
Un Abrazo (Ya tengo BloGG!)
Teatrerooo!!! Jejeje
ResponderEliminarUn besazo, guapisimo